
05 Ago Cómo calmar a los perros cuando suena el timbre
Es automático. Suena el timbre de la puerta y los perros se levanten corriendo hacia ella, ladrando e incluso dando saltos como locos. ¿Por qué razón tienen esta reacción tan exagerada? Los perros son animales de manadas, en las que la entrada de un nuevo miembro es realmente difícil, en tanto que acostumbran a ser conjuntos cerrados. Y para los canes que tenemos en casa, su manada es su familia. De ahí que un perro se ponga tan nervioso al oír el timbre: porque anuncia la llegada de una persona que bien puede ser miembro de la misma o bien puede suponer una amenaza. Sea cual sea la respuesta, el sonido del timbre genera una descarga de adrenalina en el perro, de ahí, esa reacción tan exagerada. Pero la pregunta es: ¿se puede adiestrar al perro para evitarlo? Desde Grupo Bravel te aseguramos que sí. Sigue leyendo para descubrir cómo calmar a los perros cuando alguien llame a la puerta.
Cómo calmar a los perros cuando llaman a la puerta
Para comenzar, has de saber que este aprendizaje lleva tiempo y esmero por tu parte. Y asimismo cooperación por la parte de la visita. En muchas ocasiones, la alteración del can viene dada por las muestras de cariño y alegría del visitante. Si tu fiel amigo canino aprende que tras el sonido del timbre hay una persona que le prestará mucha atención de forma positiva, se morirá de ganas de que abras la puerta lo antes posible. Y es lo más normal del mundo.
Nuestra primera recomendación es que practiques con tu perro la forma de dar la bienvenida a los invitados. Para ello debes buscar en Internet un sonido lo más similar posible al que emite el timbre y ponerlo muy bajito cuando tu can esté calmado. Repite esto a diario no más de cinco minutos al día, día tras día, mientras aumentas un poco más el volumen progresivamente. De esta manera, va a llegar un instante en que el sonido del timbre no perturbará en absoluto a tu perro, pues se habrá acostumbrado a su presencia y lo tomará como algo habitual.
Pero una vez, que has realizado este trabajo, llega la parte más bastante difícil: poner a prueba a tu peludo amigo en un día que tengas previstas numerosas visitas. Si has seguido los consejos de nuestro centro de adiestramiento, lo más probable es que tu perro no se altere demasiado. Pero si prosigue con exactamente la misma actitud, no te enfades. El aprendizaje no ha hecho más que comenzar. Ordénale que se siente y que deje de ladrar. Y una vez lo hayas logrado, abre la puerta y pide la colaboración del invitado. Porque muchas veces, el perro no es el único ‘culpable’.
Como todo en la vida, el aprendizaje es cuestión de práctica. Ten paciencia y verás como hay resultados. Pero si ves que pasa el tiempo y tu perro sigue sin calmarse ante la llegada de visitas, no dudes en pedirnos ayuda. Desde Grupo Bravel estamos a tu entera disposición.
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